El islam crece con fuerza en el mundo
El islam es la religión que más crece en el mundo, mientras el cristianismo sigue siendo la más numerosa. ¿Qué factores explican esta transformación global?

Por Mario Victorino
El mapa religioso global está experimentando una transformación significativa. Aunque el cristianismo continúa siendo la religión con mayor número de fieles a nivel mundial, el islam se ha consolidado como la religión de más rápido crecimiento, impulsada por factores demográficos, sociales y culturales que están redefiniendo el equilibrio espiritual del planeta.
Cristianismo: mayoría global, pero en descenso proporcional
Con más de 2,300 millones de creyentes, el cristianismo representa cerca del 28.8% de la población mundial. Sin embargo, su crecimiento se ha desacelerado en comparación con décadas anteriores. En regiones como Europa y América del Norte, el fenómeno de la desvinculación religiosa ha provocado una disminución en el número de practicantes, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Además, el envejecimiento poblacional y las bajas tasas de natalidad en países tradicionalmente cristianos han contribuido a una reducción proporcional de su presencia global, aunque sigue siendo la religión dominante en términos absolutos.
Islam: juventud, natalidad y expansión sostenida
El islam cuenta con aproximadamente 2,000 millones de seguidores, lo que representa el 25.6% de la población mundial. Su crecimiento acelerado se debe principalmente a:
Altas tasas de natalidad en países de mayoría musulmana.
Población joven, con una mediana de edad inferior a la de otras religiones.
Bajas tasas de abandono religioso, lo que refuerza su continuidad generacional.
Aunque las conversiones también juegan un papel, el crecimiento natural es el principal motor de su expansión. Se estima que, de mantenerse esta tendencia, el islam podría igualar o incluso superar al cristianismo en número de fieles en las próximas décadas.
El auge de los no afiliados y el cambio del mapa espiritual
Otro fenómeno relevante es el crecimiento de las personas sin afiliación religiosa, que incluye a ateos, agnósticos y quienes no se identifican con ninguna fe organizada. Este grupo representa ya el 24.2% de la población mundial, consolidándose como el tercer bloque espiritual más grande.
Este cambio refleja una diversificación del panorama religioso, donde las creencias tradicionales conviven con nuevas formas de espiritualidad, escepticismo y búsqueda individual de sentido.
África y Asia: epicentros del cambio religioso
El crecimiento del islam y del cristianismo se concentra cada vez más en África subsahariana y Asia, regiones con alta natalidad y fuerte religiosidad. En contraste, Europa ha dejado de ser el centro espiritual del cristianismo, cediendo ese lugar a países africanos donde la fe sigue siendo un pilar social.