UNAM condena actos vandálicos en el CCU y anuncia denuncias ante autoridades capitalinas
La UNAM presentará denuncias por vandalismo en el CCU tras la marcha antigentrificación. Encapuchados causaron daños al MUAC y la librería Julio Torri, generando condena institucional.

Por Mario Victorino
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) anunció que presentará denuncias formales ante las autoridades capitalinas tras los actos vandálicos registrados en el Centro Cultural Universitario (CCU) durante la segunda marcha contra la gentrificación en la Ciudad de México. El incidente, ocurrido el domingo 20 de julio, involucró a un grupo de encapuchados que se separó del contingente principal y se dirigió a Ciudad Universitaria, donde causaron daños a instalaciones emblemáticas.
Entre los espacios afectados se encuentran el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), la librería Julio Torri y varias casetas de vigilancia. Los agresores realizaron pintas, rompieron cristales y quemaron libros, acciones que fueron condenadas por la comunidad universitaria y por autoridades gubernamentales. La UNAM inició una evaluación de los daños materiales con el objetivo de sustentar las denuncias correspondientes.
La marcha, convocada por colectivos vecinales y organizaciones sociales, tenía como objetivo visibilizar los efectos de la gentrificación en zonas históricas de la capital. Aunque la movilización comenzó de forma pacífica, el ambiente cambió cuando un grupo de manifestantes encapuchados se desvió hacia instalaciones universitarias, desencadenando los hechos violentos.
La máxima casa de estudios reiteró su compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la manifestación pacífica, pero subrayó que no tolerará la violencia ni la destrucción de espacios dedicados al arte, la reflexión y la literatura. El gobierno capitalino, por su parte, reportó saldo blanco en la marcha, aunque reconoció los hechos ocurridos en Ciudad Universitaria como aislados.
Este episodio ha reabierto el debate sobre los límites de la protesta social, el respeto al patrimonio universitario y la necesidad de garantizar espacios seguros para la libre expresión sin recurrir a la violencia. La UNAM reafirmó que continuará siendo un espacio abierto al diálogo, pero dejó en claro que la agresión y la intolerancia no tienen cabida en la defensa de causas legítimas.